Diferentes circunstancias y acontecimientos de nuestra cotidianidad despiertan en nosotros emociones que continuamente pueden afectar nuestra salud física y psicológica,
y llevarnos a sentir dificultad para adaptarnos o resolver satisfactoriamente los diversos desafíos.
La pregunta entonces… ¿qué hacemos con esas emociones?
¿Terminan en conductas conflictivas por nuestra parte que se convierten a su vez en obstáculos?
o, con el ánimo de adaptarnos a las situaciones…
¿controlamos y hasta nos cohibimos de experimentar las emociones desagradables?
Ambas conductas extremas y repetidas durante mucho tiempo hacen difícil encontrar un punto medio.
Yo era de esos que, por no querer alejar, incomodar, molestar a otros, prefería ignorar y reprimir mis emociones.
A danzaterapia llegué por recomendación de un psicoterapeuta al que visitaba hace más de diez años y aunque al principio y derivado de todos los prejuicios que cargaba en ese momento, no me gustó,
al poco tiempo de practicarlo empecé a disfrutarlo porque en pocas sesiones tuve mejorías que no había logrado solo con la verbalización, y con el tiempo puedo ver que he desarrollado habilidades concretas para percibir, comprender y regular mis emociones .
He conocido varias técnicas de movimiento, danza primal, danza circular, danza sufi, biodanza, movimiento autentico, cinco ritmos…
Cada practica trabaja desde el mismo gozo que significa escuchar música y moverse sin pretensiones, y también cada una tiene su mirada y así me han llevado a diferentes lugares donde me permito sentir.
Hace unos días estuve en un ejercicio de cinco ritmos en donde con ayuda de la música y posturas propuestas por la facilitadora, logré visitar un lugar de QUIETUD muy especial dónde me sentía fuerte, seguro y al mismo tiempo tranquilo y amoroso.
Fue espectacular,
tuve que MOVERME para disfrutar de esa quietud tan placentera y nuevamente lo asocio con la gestión de las emociones.
Escucho continuamente descripciones de momentos de rabia, miedo, sorpresas…
Y al preguntar que hicieron con ellas, las respuestas son REPRIMIR Y QUIETUD , yo seguido a eso recomiendo, MOVIMIENTO.
Todo lo que sentimos es derivado de pensamientos y por eso correr, bailar, saltar, sudar, son maneras asertivas de liberar del cuerpo toda la carga de energía que traen estas emociones aquietando los pensamientos y así poder comprender más fácil el mensaje que traen y el que hacer con ellas.
Ahí les comparto una de mis maneras de seguir construyendo mi inteligencia emocional.
Como siempre espero que les sirva.
Asi como también les comparto el audio de un ejercicio de mindfulness que incluye movimiento corporal. Se llama ESTIRAMIENTOS CON MINDFULNESS y fue grabado por el Instituto Europeo de Psicología positiva.
Un fuerte abrazo,
Add Comment