Explorando mi lienzo

Explorando mi lienzo

Cambiarme de color el pelo era algo que había querido hace tiempo,

pero que no había hecho por considerarlo un grito demasiado fuerte…

diciendo, “Soy gay”

Y aunque salí del closet muy joven, había aprendido a que era algo de lo que no se habla.

Una conducta que me hacía sentir dolorosamente inadecuado.

Y como ando viendo a la cara mis miedos, activé mi fortaleza de la VALENTIA y emprendí la tarea.

La idea inicial fue tener la cabeza completamente gris, con ese objetivo fui a la peluquería.

Para quienes se vieron la seria “La casa del dragón”, quería verme como los Velaryon.

Sin embargo, confío en la asesoría de mi peluquero, especialmente porque pocas veces en mi vida me ha dado por esto y el que sabe, sabe.

Entonces me explicó que, al hacerlo desde la raíz me maltrataría mucho, podría ser hasta doloroso y el resultado me duraría pocos días por el crecimiento del pelo,

entonces el me hizo una adaptación de lo que yo quería.

Me miro al espejo y me pregunto ¿Quién eres?

Algunas veces me respondo con alegría, una nueva versión aventurera de mi y me miro con amor.

Algunas otras me digo que no soy yo y que debo volver a mi versión del pasado, que está a la vuelta de un corte de pelo.

Y me doy cuenta de que estoy incomodo…

Y también lo estoy disfrutando, porque si en algunos momentos me gusta y en otros no,

¿cómo puedo estar completamente seguro de querer volver a la versión pasada y no permitirme esta exploración?

También es cierto que estoy viendo como influyen los comentarios de otras personas.

Por ejemplo, estoy en una aplicación de citas y había personas con las que estaba hablando que luego de mostrarles la foto de la nueva versión me han bloqueado.

Otros un poco más osados me han llamado:

“LOCA”

“VENEZOLANO” los xenofobos, ¿tratando de excluirme?

“PELUQUERO”

Adjetivos que en un inicio logran hacerme sentir mal.

Pero que profundizándolos he podido darme cuenta de que son despectivos solo si soy preso de los mismos prejuicios.

Y la verdad es que… SI

Si soy prejuicioso y he hecho esto mismo con otras personas en el pasado.

Excepto con los Venezolanos que me parecen guapos generalizadamente.

De forma sigilosa y morronga lo he sido y en la medida en que soy prejuicioso con los demás, lo soy conmigo mismo…

… apenas el boomerang de la vida.

Otra de las cosas que me decía para no explorar con mi pelo era…

“ya no eres un adolescente”

Una forma de decirme que hay edades para ciertas cosas y si ya se te paso la edad, hay que esperar el turno para realizarlo en otra vida, porque en esta ya me dejó el tren.

Un límite mental que también quiero transformar y en medio de esta incomodidad pienso que puedo encontrar las cosas que he dejado de hacer.

Y que sin hacerle daño a nadie o a mí mismo, me harán feliz.

Y no lo aplazaré, digo SI en esta vida.

A salir de mi cuadricula de prejuicios.

Un gran SI a explorar mi lienzo, mi cuerpo, mis posibilidades.

Si a vivir y a disfrutar lo que más pueda.

Y si es posible, seguir disfrutando la posibilidad de compartirlo con ustedes.

Les mando un abrazo muy fuerte y toda mi gratitud.

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