“Niños altamente sensibles”

“Niños altamente sensibles”

Eres muy sensible, no llores tanto… ya te vuelves “cansona” con tanta lloradera.

Eran las palabras que recibía una niña mientras lloraba con su cabecita tumbada sobre sus piernas.

La vi sufriendo de discriminación por ser quien es.

Intente sugerirle a los adultos que se acercaran a contenerla antes que seguirla presionando para que no llorara y la respuesta fueron rostros de adultos muy cansados de tener una niña que llora constantemente.

Es que ella llora para manipular

Es que ella llora porque si y llora porque no.

Y entonces vi también adultos agotados con la situación y me pongo en sus zapatos.

Sin embargo, será siempre indicado medir fuerzas y diferenciar entre la fuerza de un adulto y la de un niño.

Y eran muchos adultos agotados, versus una niña igualmente agotada.

Me acerque a la niña y le pregunte…

¿Por qué lloras? Y me dijo:

Yo siempre he tenido ganas de llorar, pero ahora que la gente me dice llorona y me pide que deje de llorar, se ha vuelto más difícil parar y al contrario lloro más.

Es que me duele mucho que me digan llorona, me da mucha rabia y me dan ganas de dañar cosas en mi cabeza, pero en la realidad termino es llorando.

Ellos no saben que yo intento parar y no puedo.

Entendí que la primera capa del desafío que ella estaba viviendo era la presión social, que era muy fuerte en su propia casa.

Le explique que la estrategia ante la presión en ese momento estaba siendo llorar, sin embargo, podríamos buscar una estrategia que involucrara defenderse.

Le pregunte… ¿se te ocurre alguna? Y me miro con ojitos de miedo y me dijo NO.

Pregunté como 2 veces más, ¿se te ocurre alguna estrategia?

Casi le faltó gritarme otra vez, que ¡NOOOO!

Jejeje

porque estaba entrando en ese adulto exigente que pedía que la niña me entregara información como un adulto.

Es decir, era muy probable que la niña sintiera que esta presión era demasiado grande para ella.

En su cabeza intentaba defenderse, pero en la realidad el llanto mostraba que sentía que esto superaba sus capacidades.

¿Qué hago? Me preguntaba.

Entonces llamé a su mamá y le dije, necesitamos un adulto aliado que pueda ayudarle a la niña a defenderse.

Inmediatamente la niña cambio su postura corporal y se notó que tomó fuerza.

Si mamá es que me duele mucho que… y empezó a narrarle con una argumentación y claridad  la situación,

que la mamá no solo entendió lo que sentía su hija, sino que también vio la necesidad de ser ese adulto que la niña necesitaba como aliado en casa para decirle a los otros adultos…

PAREN DE LASTIMAR A MI HIJA.

Todos hemos sido ese niño en algún momento y aún ese niño necesita un adulto en casa que pueda apoyarlo en las necesidades que quedaron pendientes.

Si por ejemplo, esta niña no logra que un adulto le ayude a defenderse, puede crecer con la sensación de que el mundo es muy hostil y ella no tiene la capacidad para defenderse de él.

Si hoy como adultos, evidenciamos que esa es la situación de nuestro niño, es nuestro deber mostrarle que podemos defendernos de manera eficiente.

Que el llanto fue la estrategia del niño, pero que el adulto tiene otras más eficientes.

Y así con cada pendiente que nuestro niño nos pueda mostrar.

Mientras tanto, también vale la pena ayudarle a los futuros adultos que hoy son niños, a tener mejores y mas claras experiencias en su niñez.

Por mi parte, yo salí con mi sobrina (la niña), a comprar un libro sobre ser “PAS”,

para que ella empiece a recibir información más positiva sobre su sensibilidad, que no solo la convierte en una “llorona”,

sino que también la provee de habilidades que puede usar a su favor, como la alta creatividad.

Le encanta escribir historias y le prometí que si escribía una completa la íbamos a volver película.

Todos los días me llama a preguntarme si ya vamos a hacer la película porque ya va a terminar.

Esta escribiendo una historia de lo más surrealista pero tan entretenida,

que yo también ya quiero ver la dichosa película.

Les compartiré el estreno de la primera película de mis sobrinos, porque ya están participando varios.

Y no olviden estar atentos a sus niños interiores y a ser esos adultos que ellos necesitan y merecen.

Un fuerte abrazo.

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