En el ambiente laboral es fácil sentir…
Frustración porque las cosas no salen como esperamos o se planearon y
estrés porque debemos hacer que las cosas salgan como están planeadas.
Y una persona frustrada y estresada seguramente estará irritable.
Impactando negativamente en la forma en que se relaciona con sus tareas, jefes y compañeros.
Todos estamos expuestos a esto, es inevitable y es nuestra responsabilidad aprender a responder de una mejor manera a los estados estresantes.
En algunas empresas ya se habla de directores de bienestar y felicidad,
debido a que se está formando una conciencia,
acerca de que como se siente el colaborador en el trabajo repercute directamente en su productividad.
Y para quienes trabajan en empresas que aún no han llegado a este tipo de conclusiones o trabajan independientes como yo,
les sugiero tener hábitos cotidianos que cultiven un estado de ánimo positivo,
ya que de esta manera hay una nutrición que puede permitir nuevas respuestas en los momentos estresantes.
Que también sugiero ACEPTAR y no luchar contra ellos.
A veces me llegan a consulta personas que quieren evadir su situación estresante realizando otras tareas o actividades que terminan siendo nuevos estímulos de estrés.
Lo importante desde mi punto de vista,
es estar bien nutrido emocionalmente para enfrentar la situación estresante en el momento en que se presente
Para extraer aprendizaje y salir fortalecido de esa situación.
Al tiempo que se incrementa el afecto positivo, es decir la nutrición.
Lo que nos deja con mayores capacidades productivas y eficientes.
Como todos queremos sentirnos y estar.
Espero que esta reflexión les sirva.
Abrazo fuerte
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