No había sido tan consciente hasta hace poco, de las personas que sufren cuando ven felices a otros,
solo por el hecho de que el otro está haciendo algo que se sale del molde o sus expectativas.
Me ha impresionado porque me parece bastante absurdo.
La vida me quiere mostrar algo con esto porque últimamente se me acercan estas personas a decirme…
es el colmo que “fulanito” haga esto o lo otro.
Y dentro de la conversación se da la conclusión de que fulanito no se hace mayor daño o se lo hace a otro, solo lo hace muy feliz…
Y la persona de la queja, sigue sufriendo porque “fulanito” no debería hacer eso que está haciendo.
Les he dicho de frente: ¿Te das cuenta de que estas sufriendo, mientras el otro es feliz?
y sin importar, continúan con la queja.
Y entonces me surgen dos preguntas, la primera:
¿Cuántas veces hemos sido ese “fulanito”?
Habiendo descubierto algo que nos hace muy felices, ¿pero lo que recibimos constantemente son criticas?
Eso si decidimos hacerlo, porque seguro habrá cosas que sabemos que nos hacen felices, pero ni siquiera las realizamos por temor a esas críticas.
Necesitamos estar muy bien nutridos y fuertes emocionalmente para que “el qué dirán” no merme la felicidad.
La imagen que tiene el otro de nosotros es importante y no podemos desconocerlo,
porque somos seres sociales que disfrutamos de estar con otros y su apoyo.
Por eso la invitación en este post, antes que, a ignorar esas otras voces para no limitarnos,
es a seguir escuchando la nuestra para identificar la respuesta a la segunda pregunta y es:
¿Cuándo y con que personas nos comportamos como ese juez que limita su felicidad?
Seguro esta pregunta no será tan fácil de responder y por eso vale la pena profundizar en ella.
Yo sí creo que, si queremos una sociedad más justa y menos limitante,
el cambio inicia en cada uno de nosotros.
Y en la medida que NO nos permitimos juzgar a los demás tan fácilmente, estaremos trabajando en los juicios que hacemos hacia nosotros mismos.
Y así “el qué dirán” cada día será menos limitante.
Y podremos ser más felices y aumentar nuestros niveles de bienestar.
Porque lo merecemos, ¿verdad?
Un fuerte abrazo y gracias por leer.