Esta fortaleza me costó tiempo entenderla y ser consciente cuando la activaba.
Y fue en aquellos momentos de mi vida en que estaba demasiado enfocado en la meta futura, restándole importancia al camino recorrido.
Esta actitud me hacía sentir constantemente desmotivado y desgastado.
Porque al darle tanta importancia al futuro, activaba era fortalezas como la vitalidad, valentía, persistencia, etc.
Fortalezas que son de bastante exigencia y nunca me llevaron a dar los saltos “cuánticos” que esperaba, haciéndome sentir mal conmigo mismo.
Ahora que lo escribo, siento que estaba subido en una rueda de hámster, corriendo aceleradamente sin sentido y llegando al mismo lugar al que llegaría, si el paso fuera menos acelerado y exigente.
Y que se noté que lo escribo en pasado porque hoy en día comprendo, puedo hacer presente y enseñar a otros a activar su fortaleza de la “Apreciación de la belleza”.
Diría que eso es en gran parte el objetivo de la psicología positiva.
Mostrarnos todo lo que funciona bien en nosotros, para que nos lo reconozcamos y lo apreciemos.
Y con el Mindfulness aprendí que puedo vivir SIN PRISA.
Recordando la metáfora del velero que sale de un puerto con el objetivo de llegar a otro, sería un desperdicio desconocer y no apreciar:
El paisaje del recorrido.
Los animales que por allí aparezcan.
Las conversaciones entre los pasajeros.
Los sonidos del mar y el viento.
El encuentro con otras embarcaciones.
Y poder apreciar todo eso que sucede en el camino nos nutre internamente y le da sentido a la vida.
En mi caso personal, sigo trabajando en esas metas y sueños para los que se necesita dinero.
Y mis ingresos dependen del consultorio y talleres.
Sería muy pesado solo ver a mis consultantes como una transacción económica,
en donde yo vendo mi tiempo para recibir “problemas”.
¿Qué intenso no?
Algunas veces quienes consultan se van sin algunos pesos que cargaban y me preguntan, si no me lo llevo, ¿quiere decir que lo dejo aquí? ¿Tú que haces con eso?
Y mi respuesta es: activando la apreciación de la belleza.
Porque mis encuentros son con otros seres humanos que me dan la oportunidad de acompañarlos en sus desafíos
Y me reconocen mi esfuerzo con un pago.
Y le da mucho sentido a mi vida presenciar sus transformaciones y saber que realmente le aporto al bienestar en sus vidas.
Trabajo en mí para no identificarme con sus desafíos y tomarlos personales.
Y tengo mis practicas diarias y rituales de autocuidado y conexión espiritual,
durante los que me veo constantemente agradeciendo por mi trabajo y mi vida, con todo y sus desafíos a los cuales sin duda trato de mirar, enfrentar y solucionar.
Aprecio en general la belleza que presencio, con todo y lo que no tengo y sigo deseando tener.
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