“Yo como tú”

Alguien hace poco me dijo que mi blog no le hacia bien a nadie que leyera, mucho menos a mí porque no se leía profesional que revelara tanto de mi vida.

Le dije gracias por exponerme tu punto de vista y entiendo que no es el mismo mío.

Porque cada vez que comparto lo que siento y pienso, hablando o escribiendo,

me da la oportunidad de reflexionar y ver las cosas desde otra perspectiva.

Y sé que algunas personas pueden leer y sentirse identificadas.

Porque nos hace bien a todos sentir que no somos los únicos que sufrimos, si no que hay otros como nosotros.

Llegan personas a mi consulta en crisis de ansiedad y depresión y parte de su tratamiento, es ayudarlos a ver que no tienen por qué sentir temor por lo que están sintiendo.

Usualmente el relato es miedo a que llegue esa polaridad emocional muy alta y

cuando logran soltar ese temor y le dicen a la polaridad puedes llegar que yo tengo herramientas para enfrentarte,

se equilibran y las crisis cada vez más son reducidas.

Después de ver a mis consultantes ganar tranquilidad al explorarse y hacer su turismo interior,

me veo al final de estas sesiones recomendándoles que lean mi blog y se den cuenta que todo lo que ellos están experimentando yo también lo he vivido y con seguridad puedo ser un buen guía que conoce diferentes caminos para superarlos.

Es una forma de darles esperanza y nutrirlos de emociones positivas para que puedan atravesar los desafíos cognitivos y emocionales que implican el proceso terapéutico.

De ninguna manera creo que estos escritos reemplacen una terapia para mi o para quienes me leen.

Solo espero poder cumplir ese propósito de dar con mis palabras, al menos esperanza.

No escribo aquí en medio de mis crisis, si no que posteriormente las expongo y la manera en que las supero.

Porque en medio de las crisis se me ocurren otras herramientas que considero más eficientes que venir aquí a preocuparlos.

Lo que disfruto y creo puede servirnos, es mostrar que este profesional en psicología,

fuera de su consultorio es un ser humano más.

En este caso no hubo crisis por este comentario,

pero si se dan cuenta quedó retumbando en mi cabeza al punto de querer venir a reflexionarlo.

Y concluyo que no dejaré de hacer esto que me gusta, por miedo al rechazo.

No le tengo miedo al dolor que seguramente se despierta al sentirme rechazado,

porque, aunque es incómodo y desagradable, tengo herramientas para verlo, comprenderlo y superarlo.

Entonces al final si se presenta el rechazo, saldré fortalecido.

Porque cuando me permito ser quien soy con libertad, soy feliz y me siento realizado.

Así que digo nuevamente SI a vivir y a seguir escribiendo.

Un fuerte abrazo y hasta la próxima.