“Mi proceso de perdón”

“Mi proceso de perdón”
Siempre me he visto a mí mismo como una persona que perdona fácil,
sin embargo, reconozco que en el momento en que estoy en la práctica me lo cuestiono porque no es una tarea sencilla,
tener que perdonar quiere decir que hemos sentido que nos han hecho daño y que en nuestra cabeza se despiertan muchos pensamientos de rencor y hasta de venganza,
esos pensamientos a su vez despiertan emociones desagradables,
por lo cual perdonar representa dejar atrás esas emociones asociadas a esa experiencia y/o persona.
Mi experiencia de rabia esta semana fue con la administradora del consultorio donde atiendo,
el martes me hizo dos reclamos injustos y uno de ellos al final del día frente a un consultante.
Despertó en mí pensamientos como:
🤬Voy a cambiarme de consultorio
👿Voy a cambiar mi actitud con ella y voy a ser odioso
😡No la quiero volver a ver
👿Voy a llamar a la dueña del consultorio a decirle que me entiendo directamente con ella
Y otros pensamientos que iban direccionados a dañar mi relación con la administradora y hasta hacerle daño dando quejas.
Ocurrió en la noche del martes y así me fui para mi casa.
El miércoles, camino de la casa al consultorio y ya con un nivel de rabia menor,
pensé en comprarle una chocolatina para entregársela como ofrenda de paz.
Y estuve muy decidido por momentos, aunque en otros me preguntaba:
¿Y yo porque tengo que pedir disculpas si yo no hice nada malo?
¿Porque tengo que bajar la cabeza yo, si la injusta conmigo fue ella?
Y las respuestas a estas preguntas siempre me llenaban nuevamente de rabia y sin ganas de dar el primer paso al perdón,
por fortuna siempre aparecen mis consultantes a salvarme y me pregunto también
¿Qué es lo que yo les diría en esta situación?
“Si decides no perdonar, en consciencia entiendes que decides acumular rencor y así mantener el vínculo emocional con esa persona o con el evento.”
Siempre tenemos opción y perdonar no solo representa liberar al otro, si no también liberarnos a nosotros mismos.
Gracias a este pensamiento me imagine llegando todos los días a un ambiente desagradable e incómodo y la solución si estaba en mis manos.
Por lo cual llegué sin la chocolatina, pero en el camino encontré un Fruver donde le compré un zapote que es una fruta que me gusta mucho.
Cuando entré nos saludamos serios y sin mucho contacto visual,
hablamos de un par de cosas en medio de la incomodidad, hasta que le dije:
¡Te traje esta ofrenda de paz!
De una vez su cuerpo en general y especialmente su rostro, se relajaron y me dijo que quería pedirme disculpas y me expresó sus razones.
Yo también le pedí disculpas si expresando mi molestia la había hecho sentir mal y le di también mis razones.
De esa manera quedaron los límites claros y yo liberado de pensamientos y emociones que no me hacían bien.
Quise contarles esta experiencia que fue muy sencilla, pero que ejemplifica un proceso de perdón que podemos aplicar en cualquier otra situación sin importar su nivel de complicación.
Tal vez en una más compleja nos cueste mayor tiempo dominar los pensamientos que se despiertan con la rabia.
¡Pero que lo logramos, lo logramos!
Para liberarnos de esos vínculos de rencor y seguir acumulando, BIENESTAR.
¿Qué les parece?
Les envío un fuerte abrazo

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